Y debo reconocer que hasta hace muy poco la sola idea de participar en uno de estos eventos me revolvía las tripas, me negaba a ser parte esta americanada. Pero magia! Con guitarra en mano y Pedro en la barriga, todo pasa del rígido tozudo al mayor de los flexible con una facilidad y gracia únicas! Y no podría ser de otra forma. No hay razón para no aceptar emocionada que gente que poco te conoce, se preocupe con tanto detalle de hacerte sentir tan especial y querida.
En qué consiste? Comer cosas ricas, jugar cosas raras y recibir regalos para el mono chico. Mucho más no sé todavía… ya les contaré. Como sea, a falta de familia, marraquetas y un Chilito cerca, qué buenos son los gringos amiguis que te acercan a su mundo y te cargan de las mejores vibras en momentos donde todo vibra, todo alegra, todo es ansiedad..
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